I am in the domain of silence,
the kingdom of the crazy and the sleeper. (...)
I am in my own mind.
I am locked in the wrong house.
For The Year Of The Insane by Anne Sexton
¿Qué es la locura? Anne Sexton la definió como una «pérdida de tiempo», una condición estéril desde la que ningún poeta puede crear nada significativo (Anne Sexton: A Self-Portrait in Letters). Sylvia Plath, como una fuerza arrasadora que se alimenta de todo lo que forma una identidad:
He dejado que se me escapen las cosas, como un carguero de treinta años,
tercamente aferrada a mi nombre y dirección.
Me han limpiado de todas mis referencias más preciadas,
asustada y desnuda en la camilla tapizada de plástico verde
vi cómo mi juego de té, mi armario de ropa blanca, mis libros
desaparecían de mi vista. Y el agua me cubrió la cabeza.
Soy una monja ahora, nunca fui tan pura.
(...)
Cuánta libertad, una no tiene idea cuánta.
La tranquilidad es tan grande que encandila.
(...)
A esa tranquilidad se aferran los muertos, finalmente. Los imagino
cerrando la boca sobre ella, como si fuera una hostia.
(Sylvia Plath, «Tulips»)
Virginia Woolf, en una carta a su amiga Ethel Smyth, dijo sobre la locura: en su lava todavía encuentro la mayoría de las cosas sobre las que escribo. (“The Letters of Virginia Woolf: 1929-1931”).
Alfonso Hernández-Catá encontró en la locura una fuente de belleza: Ese andar, unas veces de superciegos y otras de superlúcidos, es lo que hace de la locura dominio propio a la revelación del sentimiento y de la belleza.
Idealizada, temida o respetada, la locura ha sido el tema central de grandes obras literarias y cinematográficas. En este post, haremos un breve recorrido por los derroteros de las enfermedades mentales en la literatura:
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