Alfonso Hernández Catá (1885- 1940) fue un escritor, dramaturgo, periodista y diplomático hispanocubano de la Primera Generación Republicana de Cuba.
Hijo de padre español y madre cubana, su vida se vio marcada por la influencia de ambos paÃses en una época plagada de incertidumbres e inestabilidad social. La fuerte preocupación polÃtica del autor comenzó con la última guerra de independencia cubana de la que fue testigo en su niñez. La temprana muerte de su padre y la caÃda en combate de José MartÃ, figura revolucionaria que le inspirarÃa a lo largo de su vida, llevaron a un inquieto Catá a interesarse por la situación polÃtica de su paÃs participando en revueltas juveniles. Su madre, preocupada por su rebeldÃa, envÃa a un Catá de catorce años a Toledo a cursar sus estudios en una escuela militar, sin embargo, el joven escapa años después a Madrid donde se integra en la vida bohemia de los escritores españoles y se aproxima al movimiento literario que marcó su obra, el modernismo. No obstante, Catá nunca se olvidó de su hogar en Cuba, por lo que con veinte años vuelve al paÃs que lo vio crecer, allà colabora en periódicos y comienza a escribir relatos.
A partir de 1909, Catá inició la carrera a la que se dedicarÃa el resto de su vida, la diplomacia. Esta profesión no sólo le permitió seguir escribiendo con comodidad, sino que también le brindó la oportunidad de publicar la mayor parte de su obra en España ya que trabajó en varias ocasiones como embajador y cónsul en dicho paÃs, asà como en otras naciones europeas próximas. Catá volverÃa a Latinoamérica a finales de los años treinta para representar a la Cuba que tanto amaba en Chile y finalmente en Brasil. Sin embargo, en 1940, un accidente de avión en RÃo de Janeiro provocarÃa la prematura muerte del autor que, comprometido como siempre con su obra, estuvo trabajando en uno de sus relatos hasta el último dÃa de su vida. Encontraron el cuento inacabado en uno de sus bolsillos tras rescatar su cuerpo del mar, se llamaba «Seguro de muerte».
A pesar de la popularidad que Hernández Catá tuvo en el primer tercio del siglo XX, el autor, conocido como «el prÃncipe del cuento» fue perdiendo relevancia en el panorama literario hispánico con el paso de los años. El olvido de este autor en el mundo de las letras resulta incomprensible debido a la indiscutible calidad de su narrativa, al nivel de los grandes escritores de la época. No obstante, su pertenencia a la tradición literaria de dos paÃses, Cuba y España, puede haber sido la causante de esta circunstancia. Esto es asà porque en España se le consideró un escritor cubano, y en Cuba se le juzgó por su influencia española. Sin embargo, pese a la crÃtica, la rompedora prosa de Catá siempre apuntó a lo universal, más allá de fronteras geográficas y culturales, tal vez imitando la propia vida errante del autor. No es de extrañar, entonces, que en su obra denunciara las injusticias y desigualdades que se dan en cualquier sociedad. La profunda conciencia social del autor le llevó a retratar en sus historias a personajes enajenados y perversos, siempre desde una perspectiva compasiva, para mostrar los efectos de la marginación en la psique humana. Sin duda, algunas de sus mejores creaciones literarias se encuentran entre estos relatos de la locura, varios de los cuales se han incluido en la nueva antologÃa de Libros de la Ballena, recogidos de colecciones como Manicomio de 1931 o Los siete pecados de 1918.